El pasado 26 de septiembre se celebró la inauguración oficial del curso del Seminario Diocesano y los diversos Centros de Formación de la diócesis, por supuesto con las precauciones necesarias por motivo de la pandemia. La celebración de la Eucaristía, en la Capilla Mayor del seminario estuvo presidida por nuestro Obispo D. Amadeo, y en ella concelebraron los formadores y un buen grupo de profesores del seminario, junto a algunos párrocos de los seminaristas y otros sacerdotes de la Diócesis. También participaron las religiosas y personal de la casa, algunos familiares de los seminaristas y amigos y feligreses de la parroquia de San Juan de la Cruz.
En la homilía, Don Amadeo recordó que el Señor llama a cada uno a su tiempo, y nos invitó a hacer de nuestra vida una vida en Cristo, que nos ha elegido para estar ahora con Él, para después servir a los demás. Nos animó vivir con paz y alegría y a no dejarnos llevar por el rechazo del mensaje de Cristo, sino abrirnos a escuchar el Kerigma, sabiendo que es necesario pasar por el camino de la Cruz, porque no se llega a ser discípulo de Cristo sin aceptar su Cruz. Nos invitó a estar atentos y a comprender que ahí está el sentido y la felicidad de nuestra existencia, y nos animó a pedir la intercesión del Espíritu Santo y de la Santísima Virgen.
Ya en el salón de actos, tras el saludo a los asistentes, el Rector presentó a los nuevos compañeros de Introductorio, Juan Alfonso y Antonio José. D. Juan Francisco animó a emprender este curso con ilusión, a pesar de las dificultades de la pandemia, con la ayuda del nuevo plan de formación sacerdotal “Formas pastores misioneros” y en sintonía con el Plan Diocesano de Pastoral, que este año se centra en la caridad. Finalmente invitó a todos a no dejar de pedir por las vocaciones.
A continuación, el Jefe de Estudios, D. Juan Jesús Cañete Olmedo, dio lectura de la memoria del curso pasado, y presentó a D. Francisco de la Torre Tirado, encargado de la lección inaugural titulada "Juventud y vejez. Una aproximación al libro de Qohelet.", que además era su última lección como profesor en activo del Seminario.
D. Francisco nos presentó de forma amena el libro de Qohelet, centrándose en los versículos 11,7-12,8. El poema es una invitación a vivir con alegría el potencial de la juventud, aprovechando su luz para descubrir al Señor “el Hacedor de todo”, antes de que lleguen los días oscuros de la vejez. Es una invitación a hacer una profesión de fe en el Creador. D. Francisco, finalizó su lección agradeciendo la oportunidad de enseñar durante tantos años, y nos invitó a dejarnos guiar siempre por el Señor.
Tras la lección inaugural, el Rector introdujo el pequeño homenaje al conferenciante, que ahora pasa a ser profesor “emérito”, recibiendo de manos del Sr. Obispo la insignia de plata y oro del seminario. Don Amadeo concluyó el Acto Académico valorando el tema de la lección inaugural , animando a todos a dar gracias a Dios por la Diócesis y por los profesores, y dando por inaugurado el nuevo curso. El acto finalizó con un pequeño aperitivo compartido.
Que el Señor nos guíe en este nuevo curso para que sepamos discernir y aceptar con alegría su voluntad.
Comunidad del Seminario Diocesano de Jaén