El viernes 4 de Diciembre, acogíamos en la Capilla Mayor del Seminario
la Oración Vocacional de este mes, que a la vez fue la Vigilia de Oración por
nuestro compañero Juan Antonio, que iba a recibir la Ordenación Diaconal al día
siguiente en la Catedral. A la oración asistieron un numeroso grupo de personas
para rezar por nuestro hermano y pedir al Señor por las vocaciones sacerdotales
y religiosas. Ése mismo día acogíamos también en el Seminario a los chicos que
iban a participar durante el fin de semana en la Convivencia Vocacional. Unos
18 chicos procedentes de varios pueblos de la Diócesis disfrutaron unos días en
nuestra casa para aprender y caminar juntos en el Señor.
Día muy especial fue el sábado 5 de diciembre en el que
nuestro compañero Juan Antonio por manos del Sr. Obispo recibía la Ordenación
Diaconal en la Catedral de Jaén. En una Eucaristía solemne y muy emotiva pudimos
contemplar la grandeza de Dios ante nuestra pequeñez, la grandeza de la
vocación cristiana, ante nuestra respuesta humilde que vamos haciendo día a día.
También día intenso para los chicos de
la Convivencia Vocacional que realizaron varias actividades centradas en el Año
de la Misericordia.
El domingo día 6 tuvimos la Eucaristía en la Parroquia de
San Pedro Pascual con los chicos que participaban en la convivencia vocacional.
Ése domingo precisamente se celebraba el titular de esta parroquia. Tras la
comida de este día terminaba la convivencia vocacional.
El día 7 comenzaba el día muy laborioso en el Seminario ya
que montamos los belenes de nuestra comunidad para su posterior bendición. A
las 12 de la mañana iniciábamos la Solemnidad de María Inmaculada con el rezo
solemne del Ángelus en nuestra Capilla Mayor y el repique de campana. Por la
tarde asistíamos a las Primeras Vísperas Solemnes en la Catedral, que fueron
presididas por nuestro Obispo. Al final
de la tarde nos fuimos a la Parroquia del Salvador de Jaén para participar en
la Vigilia de la Inmaculada en la que un gran grupo de jóvenes participaron.
Tras la acogida y el saludo del Sr. Obispo y el párroco comenzábamos la Vigilia
con una ambientación en la que cada uno tenía un nudo hecho con cuerda en la
mano. María es nuestra Madre que nos ayuda a desatar los nudos de nuestra vida,
por eso a los pies de su imagen nos fuimos acercando para presentarle nuestros
propios nudos. Después de esta dinámica el Sr. Obispo expuso el Santísimo
Sacramento para tener un buen rato de reflexión y oración. Durante este tiempo
tuvimos oportunidad de acercarnos al Sacramento de la Reconciliación y también
de acercarnos a laicos para pedir que rezaran por nosotros. El culmen de la Vigilia comenzaba con la
Eucaristía, también presidida por nuestro Obispo y concelebrada por varios
sacerdotes de la ciudad. El Sr. Obispo con sus palabras nos animó a dar gracias
a Dios por la persona de María, que para nosotros es nuestra madre y ejemplo
para seguir a Cristo. Ella fue el sueño de Dios después de la caída del Paraíso
para que se pudiera cumplir la salvación por medio de su Hijo querido. Al
acabar la Misa pudimos disfrutar de un chocolate caliente.
El día de la Solemnidad de la Inmaculada lo comenzábamos en
nuestra Capilla Mayor con el rezo de las Laudes Solemnes. A las 12 de la mañana
fuimos a la Catedral para participar en la Eucaristía presidida por nuestro
Obispo. Al inicio la imagen de la Inmaculada se dirigía en procesión al
presbiterio para seguir la ceremonia. En este día especial para el Seminario el
Sr. Obispo compartió la comida con nosotros. Por la tarde rezamos las Vísperas
Solemnes en la Capilla Mayor del Seminario y a continuación se pasó a la
bendición de los belenes de nuestra casa.
Quizá el momento más importante de todos estos días en honor
a la Inmaculada fue la noche del día 8
de Diciembre. Iniciábamos en la Comunidad del Seminario un nuevo Rito de
Consagración a María Inmaculada. A este acto asistieron algunos familiares y
amigos de los seminaristas. En este rito los seminaristas que van pasando de la
etapa introductoria del Seminario y también los sacerdotes que lo deseen,
realizan su historia vocacional para ponerla en un arca que estará sellada a
los pies de nuestra titular. Este gesto novedoso servirá de lazo de unión en
nuestras vidas. Siempre nos recordará que en el corazón de María, la Madre de
Dios, está nuestro recorrido vocacional y que en los momentos de dificultad
siempre podamos tener a María como ejemplo y camino para llevarnos a su Hijo,
Jesucristo. En este acto íntimo de nuestra comunidad que hemos comenzado este
año de alguna manera es “historia” para nuestro Seminario. Ojalá esta costumbre
perdure a lo largo de los años y podamos tener en María un lazo de unión en
nuestras vidas como futuros sacerdotes.
Un año más la Comunidad del Seminario de Jaén hemos tenido
oportunidad de honrar a nuestra Madre, María Inmaculada. Que ella, que es
nuestra Madre, nos guié a todos en este camino hacia la santidad y nos lleve
siempre de la mano hacia Jesús, el fruto bendito de su vientre.
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