El Seminario en el Encuentro Diocesano de la Misericordia y la Feria Vocacional

Entre los días 13 y 14 de Febrero ha tenido lugar en IFEJA un gran acontecimiento diocesano, se trata del Encuentro de la Misericordia y Feria Vocacional organizado por la Delegación Episcopal de Infancia y Adolescencia. Centenares de niños junto con sus catequistas, padres, sacerdotes... han podido degustar y conocer las distintas realidades y movimientos de nuestra diócesis. Y sin falta no podía quedarse sin un lugar nuestros Seminarios.

Nuestro stand estaba decorado con una red, que simbolizaba la tarea que la Iglesia tiene para rezar por las vocaciones sacerdotales, es una red que se ofrece a todos los chicos, ahora hace falta la respuesto de jóvenes para seguir al Señor en esta vocación. Además presentábamos al Seminario como "EL CORAZÓN DE LA DIÓCESIS", y es que ciertamente el futuro de una Iglesia particular se encuentra en el Seminario. Sin sacerdotes la Iglesia no puede seguir su evangelización. Son muy necesarios hoy en día junto con los laicos para seguir trabajando y anunciando a Jesús.

Por eso nuestras dinámicas han consistido en hacerle ver a los niños que en su corazón Dios les llama a algo muy importante, es su vocación. También con un teatro de títeres representábamos a nuestros visitantes el día a día de un seminarista. Y todo ello acompañado de sorteos de camisetas, mochilas y pañuelo. Además regalábamos pulseras con el lema de "Confía en Cristo". También el Secretariado de Monaguillos ha ofrecido mucho material para los niños y niñas que ayudan en sus parroquias como monaguillos. Nuestro Obispo D. Ramón también visitó nuestro Stand para darnos ánimo con nuestras dinámicas.

Además en estos días ha coincido la Convivencia Vocacional. También el grupo de 15 chicos que han venido han podido participar en este Encuentro Diocesano. En la tarde del sábado el Obispo de Guadix, D. Ginés, visitó también nuestro Stand, además de saludarnos y dialogar con nosotros.

El Seminario ha querido abrir sus puertas en esta Feria Vocacional de una manera muy especial, siendo cercanos a los niños y visitantes que llegaban a nosotros.  Ahora quizás después de la siembra tenemos que seguir rezando al Señor para que el día de mañana podramos recoger los frutos que, seguramente, Dios nos tiene preparados.