A las 11.30 de la mañana, en el Sagrario de la Santa
Iglesia Catedral, dio comienzo el Jubileo de los seminaristas, que estuvo
presidido por el Sr. Obispo, Don Ramón del Hoyo. Allí, la lectura del Evangelio
de la “Vocación de Mateo”, dio inicio a la peregrinación hasta la Puerta Santa
del Perdón de la Catedral, del Sr. Obispo, de los seminaristas, del Rector del
Seminario, y del resto de los sacerdotes que participaron en el Jubileo, así
como de los familiares y amigos de los seminaristas.
Durante la Eucaristía, en la Jornada Mundial de Oración
por las Vocaciones y por las Vocaciones Nativas, Don Ramón del Hoyo insistió en
la necesidad de vocaciones sacerdotales y a la vida religiosa, y se unió a la
oración del Santo Padre, “para que siga enviando obreros a su mies”.
El Obispo se refirió en la
homilía a los dos seminaristas que posteriormente iban a recibir el Ministerio
del Lector, y lo hizo con estas palabras, “desde hoy debéis escuchar vosotros mismos,
antes que proclamarla, esa Palabra de Dios que nos forma, nos salva, nos
transforma y nos alimenta, y así conservarla en vuestro interior”.
También el Sr. Obispo quiso reflexionar sobre el Evangelio proclamado en la
Eucaristía, el del “Buen Pastor”. Ante el discernimiento de las vocaciones, Don
Ramón afirmó “Supone, y le precede una
mirada muy especial de Jesucristo, que es quien elige y capacita. Se trata de
una mirada misericordiosa, que respeta la libertad del ser humano, y que espera
una respuesta decidida. Jesús no quiere medias tintas, o es todo, o no es nada”
Tras la homilía, el Sr Obispo otorgó a los seminaristas
de cuarto curso, José Navarrete y Jesús María Almagro el Ministerio del
lectorado. Arrodillados a los pies del Obispo, recibieron de éste el citado
Ministerio, un momento muy emotivo para estos dos seminaristas y sus familias
que quisieron acompañarlos en este día.
Al término de la Eucaristía, y tras rezar todo el pueblo
de Dios congregado, la oración de la Misericordia, Don Ramón del Hoyo dedicó
unos momentos a departir con los seminaristas, con sus familias y con el resto
de los sacerdotes que participaron en la Santa Misa.
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