La Santa Iglesia
Catedral de Jaén ha acogido, esta mañana una solemne Eucaristía, presidida por
el Obispo diocesano, Don Amadeo Rodríguez Magro, en el día en el que la
Diócesis de Jaén celebra a su Patrón, San Eufrasio.
La Santa Misa ha
estado concelebrada por el Deán y algunos miembros del Cabildo Catedral y por
el Rector del Seminario, ya que San Eufrasio es también el copatrón del
Seminario diocesano jiennense, junto con La Inmaculada. También han
participado, en las Lecturas, y en el servicio de altar los seminaristas, en
este día de fiesta para ellos.
Homilía
El Obispo ha iniciado su homilía haciendo referencia al Evangelio propio de este día para la Diócesis del Santo Reino. En este sentido, ha querido expresar que “Cristo reza por los que envía a la misión de proclamar el Evangelio”, a la vez que ha añadido, “nosotros estamos ahora en este tiempo y en esta misión, por eso la vocación de la Iglesia es siempre la de ser misionera, la de evangelizar”. En este sentido, Don Amadeo ha querido hacer una acción de gracias al Señor por San Eufrasio y “también por la Iglesia que nos ha dado, en la que tenemos nosotros la misión y la obligación de ser testigos del Señor y testigos de esa fe común en Cristo Jesús que compartimos”.
En referencia
explícita a San Eufrasio, el Obispo de Jaén ha dicho que “debemos mirarlo
como modelo para nuestra vida. La ejemplaridad es vivir siempre de la Gracia de
Dios que se nos da a través de la Iglesia, que ella misma es Sacramento
Universal de Salvación”, para continuar, “que sigamos el ejemplo de
Eufrasio evangelizador, pero también el ejemplo de Eufrasio testigo de la fe, a
través del martirio. Estamos celebrando al primero, pero después han venido
otros muchos, algunos muy recientes y muy cercanos en el tiempo, Obispos que
han muerto también como testigos de la fe”.
Para concluir,
Monseñor Rodríguez Magro ha afirmado que debemos pedirle a San Eufrasio una
intercesión especial: “Ya que Eufrasio es patrón de la Diócesis, primer
Obispo, pidamos por nuestra Iglesia diocesana de Jaén, para que en este tiempo,
en este momento, seamos también testigos del Señor y una Iglesia
evangelizadora, samaritana y fraterna, que se acerca a todas las necesidades
del mundo”– para continuar- “y de un modo especial vamos a pedirle por
el «corazón de la Diócesis», por el Seminario, para que nuestros seminaristas
sean santos, para que el día de mañana sean sacerdotes santos, y después para
que sean muchos, para que el corazón de los jóvenes se abra a la llamada del
Señor”.
En la oración
universal de los fieles, leídas por uno de los seminaristas, se ha pedido por
el Obispo diocesano, por la Iglesia de Jaén, y por las vocaciones, todas estas
intenciones, se han elevado a Dios Padre, bajo la intercesión de San Eufrasio. Al concluir la
Eucaristía, los seminaristas han pedido al Pastor de la Diócesis hacerse junto
a él una foto de familia.
Los siete varones
apostólicos:
San Eufrasio es considerado uno de los siete varones apostólicos, enviados por los apóstoles a evangelizar el sureste de España, junto con Torcuato, Tesifonte, Indalecio, Segundo, Cecilio e Isicio. Según la tradición fue martirizado en Iliturgi, localidad entre Bailén y Andújar. Ante la invasión árabe y para evitar su profanación, sus restos fueron trasladados a Galicia, encontrándose en la iglesia parroquial de Santa María de Mao, en la provincia de Lugo. En 1597 y a petición del por entonces Obispo de Jaén, Don Sancho Dávila y Toledo, fue declarado patrón de la Diócesis por el papa Clemente VII.