Fue precisamente en la Casa de
Espiritualidad “San Juan de la Cruz” donde vivimos esos días de retiro y
organizados por el director espiritual del Seminario, D. Manuel Ángel Castillo.
Para los que nos preparamos al diaconado fue todo un regalo de Dios haber
vivido estas jornadas de intensa oración, reflexión, discernimiento y encuentro
con Jesús tratando sobre todo la temática relacionada con nuestro futuro
ministerio: el humilde servicio, la pertenencia al ministerio eclesiástico y al
presbiterio diocesano, el celibato y las partes fundamentales del rito de
ordenación. Fue especial también la mediación y el testimonio de San Juan de la
Cruz, santo místico que murió en el Convento de Carmelitas Descalzos en Úbeda,
y que no podíamos obviar por el lugar en que nos encontrábamos, en diversos
momentos fueron sus palabras y poesías las que nos ayudaron a orar y a estar más
atentos a la voz de Cristo, en especial la vigilia de oración que la última
noche realizamos en el lugar donde estuvo sepultado.
Desde aquí queremos agradecer a
tantas y tantas personas que nos han tenido estos días presentes en sus
oraciones, sobre todo dar gracias a la comunidad de Padres Carmelitas Descalzos
de Úbeda por su acogida y servicio, seguimos contando con vuestra oración en
estos días previos a la Ordenación y os invitamos a que participéis en la Oración
Vocacional del día 3 de noviembre en el Seminario que de forma especial pedirán
por nosotros tres, del mismo modo os invitamos a que en vuestras comunidades
parroquiales recéis por nosotros. Gracias a todos.
Jesús, Cándido y Pepe, seminaristas.