El pasado sábado 8
de octubre el Seminario Diocesano abría sus puertas para acoger el acto de apertura
del curso académico de los Seminarios Mayor y Menor, junto al centro de
estudios teológico-pastorales de San Pedro Poveda. Dicho acto comenzó con la
Eucaristía en la Capilla Mayor del Seminario que fue presidida por el Sr.
Obispo de Jaén, Mons. Amadeo Rodríguez. Concelebraron la misa los formadores
del Seminario, algunos profesores del Seminario que pudieron asistir y como
representante de la Facultad de Teología de Granada contamos con la presencia
de D. Antonio Morillas, profesor de dicha Facultad. Además en la Misa participaron numerosos
fieles, entre ellos algunos familiares de los seminaristas, el personal que
trabaja en el Seminario y la Comunidad de Mercedarias del Santísimo Sacramento
que viven en el Seminario. En esta ocasión también las autoridades civiles
estuvieron presentes en la Misa.
El Sr. Obispo en su homilía alentó a los seminaristas que deben estar bien formados para ser buenos futuros pastores. Incidió sobre todo en las dimensiones de la formación de los seminarios: humana, espiritual, intelectual, comunitaria y pastoral. También el Obispo se dirigió a los formadores y profesores del Seminario para contar con su ayuda y apoyo en la tarea de la formación de los seminaristas.
Tras la Eucaristía
tenía lugar en el salón de actos del
Seminario la lectura de las memorias correspondientes al curso 2015/16 de los
Seminarios Mayor y Menor, y del Centro de Estudios San Pedro Poveda. A
continuación fue D. Juan Jesús Cañete Olmedo, sacerdote y profesor de filosofía
en el Seminario de Jaén, el que realizó la ponencia del acto de inauguración
del curso. Su ponencia titulada “¿Queda
espacio para Dios en una cultura marcada por la tecnociencia? tenía como
intención acercar a los presentes a la realidad que existe en el diálogo
ciencia y fe, como una oportunidad para la Evangelización. Al terminar la
ponencia el Sr. Obispo de Jaén tomaba la palabra para inaugurar oficialmente el
curso académico, y agradecía a todos los presentes su asistencia. Finalizaba el
acto con un ágape preparado por las hermanas religiosas en los pasillos del
Seminario.
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