
El martes rezamos laudes con el
grupo de peregrinos de la Diócesis en la iglesia de Ntra. Sra. de Guadalupe. El
día fue muy intenso por la cantidad de sitios que visitamos. Hicimos un
recorrido por las plazas barrocas más emblemáticas de la que fue capital del
mundo occidental. Sin duda el miércoles fue el día central de nuestra
peregrinación. Nos dirigimos muy temprano hacia la Plaza de San Pedro del
Vaticano para acudir a la audiencia general del Santo Padre. Tuvimos la gran
suerte de tener un sitio privilegiado dentro de la plaza por lo que pudimos ver
muy de cerca y algunos de nuestros compañeros incluso saludar personalmente a
Su Santidad e intercambiar algunas palabras con él. Después de la audiencia y
la comida visitamos los Museos Vaticanos. Al caer la noche fuimos a visitar la
Roma más romana, dimos un paseo por el Foro, el Coliseo y el Arco de
Constantino. Cenamos en los alrededores del Coliseo.
El jueves tras despedir al grupo de
peregrinos de la Diócesis y a nuestro obispo, fuimos a visitar la
basílica-catedral de San Juan de Letrán, sede del Obispo de Roma. Por la tarde
tuvimos tiempo para pasear tranquilamente.El viernes fuimos muy de mañana a
visitar la tumba de San Pedro junto a la cual pudimos celebrar la Eucaristía y
profesar nuestra fe. Tras la comida tomamos rumbo al aeropuerto para terminar
con un viaje marcado por la fe y la alegría de seguir a Cristo.
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