Jesús Eucaristía se hizo presente entre nosotros para
mostrarnos su amor, y se nos invitó a reflexionar en torno a la Palabra de
Dios, que nos exhortaba a recordar el amor de Dios, el amor que debemos de dar
a los demás; a agradecer al Señor por su gran amor; a reconocernos ante el
Señor como hijos que desean su amor y necesitan que les ayude a dar amor a los
demás; a pedir al Señor que cambiara nuestro corazón de piedra por uno de
carne, lleno de ternura, amor, compasión y misericordia; y a ofrecer toda
nuestra vida, todo nuestro corazón a Él, para que sea su amor el que refleje en
nosotros.
A continuación realizamos una Oración de Consagración al
Sagrado Corazón, para entregarnos por enteros a Él, y para pedirle que nos
ayudara a tener un amor como el suyo. A continuación, cada uno pudimos expresar
por escrito en un papel lo que queremos que el Señor quite de nuestro corazón
de piedra, para que lo convierta en uno de carne; y lo fuimos depositando a sus
pies, para que, junto con el incienso, subiera como oración ante su presencia.
Concluimos la oración con la bendición y un canto a nuestra
Madre, la Virgen María, que supo tener un corazón grande y generoso.
Finalizamos con un rato de convivencia, compartiendo un ágape fraterno.
Agradecemos una vez más a todos los que nos habéis
acompañado durante este curso. Y os invitamos a la Vigilia de Oración que
tendremos el próximo 29 de Junio a las 20:00h, para pedir por los tres diáconos
que serán ordenados presbíteros el día siguiente.
Andrés Aldarias
Seminarista
Seminarista
