Tras un breve descanso y el desayuno, ya de madrugada, nos dirigimos hasta el cuadro de la Virgen donde nos esperaban nuestros guías “Peregrinos Del Alba”. Y así, algunos unos años más y otros por primera vez llenos de fe e ilusión comenzamos nuestra peregrinación de 26 kilómetros, hasta el Santuario de nuestra madre “La Morenita”. Durante este camino de búsqueda de Dios charlamos, compartimos, rezamos, conocimos a otros jóvenes, en un ambiente de compañerismo, alegría y amistad, unidos por una misma fe, fe en aquel que dio la vida por nosotros, de la mano de su madre María Santísima.
Repusimos fuerzas en lugares tan conocidos como San Ginés y Lugar Nuevo, para después comenzar a ascender por lo caracolillos que nos llevaran hasta los pies del Santuario, y finalmente llegar a verla a ella en su camarín.
Tras instalarnos en la casa hermandad de la Cofradía de Andújar, comida, aseo y un merecido descanso, comenzamos con las actividades de la tarde, como ya sabéis en este curso el Papa Francisco nos llama a todos a vivir nuestra fe con alegría, suponemos que los jóvenes deben hacerlo así, aunque a veces no lo hacemos. Por eso, la delegación, ha escogido el lema de estas palabras de Jesús en el Evangelio “Que mi alegría este en vosotros” (Jn 15,11) y como no, lema de nuestra peregrinación, y pedirle a la Virgen el sentirnos amados por Dios y llevarlo siempre en nuestra vida. ¿Y quién mejor que un payaso para trasmitir alegría no? Por eso, las actividades de la tarde estaban relacionadas con el divertido mundo de los payasos, conocer los distintos tipos y como a través de sus cualidades y personalidades por grupos, intentar solucionar los problemas de un joven payaso cristiano, una tarde muy intensa y divertida en la que salieron reflexiones muy profundas. A continuación realizamos el rezo de vísperas y cenamos, después disfrutamos de una velada muy movida, bailes, cantos… y antes de ir a dormir, uno de los momentos más especiales, una oración en el Santuario con nuestra madre, muy emocionante.
Llegado el domingo, comenzamos el día con el rezo de laudes y tras el desayuno y la limpieza de la casa, se prepara la misa, cantos, lecturas, ofrendas. Se concluye el encuentro con la celebración alegre y agradecida de la eucaristía presidida por nuestro obispo Don Ramón, y la comida de despedida.
Desde aquí dar las gracias a todos los que han hecho posible que tantos jóvenes de la Diócesis de Jaén disfrutemos de este maravilloso encuentro, por su esfuerzo, entrega y dedicación. Y especialmente a todos los jóvenes que han aportado tanto durante estos días.
Y Recordad: “Que mi alegría este en vosotros”.
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Artículo extraído de la web de la Diócesis de Jaén
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